Donde el silencio grita: nace una jugada

 


Donde el silencio grita: nace una jugada


En una partida de ajedrez, antes de que la mano avance sobre el tablero, ocurre algo invisible: una pausa cargada de tensión, como un relámpago que no se ve pero se siente. Ese espacio, donde aún no se ha tomado ninguna decisión, es donde nace la jugada.


No del conocimiento estricto, sino del pulso entre intuición y coraje. Allí, el silencio no es ausencia: es grito interno. Un eco que obliga a decidir.

Pensar con el cuerpo: el ajedrez como acto emocional

El ajedrez no es solo análisis frío; también se juega con el cuerpo: un suspiro retenido, una ceja que se frunce, un tic nervioso que el rival detecta. Y aunque todo se mantenga en aparente quietud, hay una tormenta que bulle por dentro. 


La jugada que nace del silencio no se deduce: se siente. Es una forma de decir “esto soy” sin necesidad de palabras.

Cuando la teoría se agota, habla la identidad

Puedes conocer las mejores líneas, estudiar las partidas de los grandes, practicar finales y medio juegos… pero hay partidas que te exigen más que preparación: te exigen revelarte. 


Es entonces cuando surge una jugada inesperada, que desafía al manual pero es fiel a tu esencia. Jugadas que nadie entiende… pero funcionan. Y en ese momento, el silencio se convierte en declaración.

El tablero como escenario del alma

Cada tablero es un teatro donde se interpreta una historia irrepetible. Los errores no son fallos aislados: son consecuencias de una emoción mal gestionada, de una distracción, de un deseo impaciente. 


Y las mejores jugadas son reflejo de una mente en calma o de un alma determinada. Por eso el silencio no miente: revela lo que hay detrás de cada pieza, cada decisión, cada sacrificio.

El grito que se convierte en legado

Hay partidas que se olvidan apenas se terminan, y otras que permanecen como cicatrices luminosas en la historia del juego. ¿La diferencia? Aquellas donde el jugador supo escuchar ese silencio intenso y, desde ahí, crear algo único. 


Jugadas que se estudian, no por su lógica, sino por su valentía. Momentos donde lo invisible se volvió eterno.

Cierre: escuchar lo que no suena

El silencio en ajedrez no es un vacío: es una frontera. Un límite que separa lo conocido de lo que está por revelarse. Escucharlo no es fácil. Requiere atención, paciencia y humildad. Pero cuando un jugador lo logra, la jugada que nace deja huella, no solo en el tablero… sino en la memoria de quien la presenció.


Recuerda que puedes ser parte en la construcción del sueño de Alondra a través de los siguientes canales donativos, no dejes de seguirla en sus redes sociales.


Canales donativos, Donate (paypal.com)

Redes sociales

Alondra Bagatella

Facebook

Alondra Bagatella

TikTok 


Contacto WhatsApp: +52 33 8000 0888 

blog@alondrabagatella.com


También te puede interesar:

Del tablero al branding: lo que el ajedrez puede enseñarte sobre marca personal